La lógica para pensar y ejecutar un programa de mínimos
Introducción
En documentos anteriores me he dedicado a intentar reflexionar y explicar la lógica conceptual sobre las necesidades que tenemos en torno a los programas, partiendo de la realidad concreta y empírica, desde la que debemos pensar los enunciados propositivos como parte de la iniciativa de carácter político-organizativo en las bases del sujeto potencialmente revolucionario, en nuestra clase obrera.
Dentro de estos documentos me he dedicado a realizar un diagnóstico concreto sobre la realidad concreta a partir de la cual, hoy, en el marco de un absoluto vacío revolucionario, se precisan tareas concretas y simples de orden prioritario.
Aquí no quiero ser reiterativo en diagnósticos, y solo quiero dedicarme exclusivamente a profundizar sobre la lógica ESTRATÉGICA, en los marcos de construcción del consenso del potencial PODER OBRERO, sobre los cuales formulamos y pensamos las consignas y los enunciados de un programa de mínimos.
Las clases dominantes, aleccionadas por la historia y el estudio de la realidad, realizan denodados esfuerzos por encontrar los enunciados correctos y eficaces en la construcción de consensos coercitivos y auto coercitivos de carácter opresor, sostén fundamental del statu quo dominante.
Los revolucionarios debiéramos, más que aprender de los infinitos recursos de la burguesía en el combate consensual coercitivo, reflexionar, en primer lugar, sobre la lógica desde la que pensamos nuestras intervenciones políticas. Esto, repito, ya me he cansado de desmenuzarlo en profundidad en documentos anteriores, a partir del razonamiento materialista, científico y empírico sobre programas, consciencia y consenso.
Estas lógicas jamás pueden estar desvinculadas, no solo de la realidad, sino y fundamentalmente, de nuestro propósito de transformación radical de la misma, es decir, de nuestra vocación estratégica por la TOMA DEL PODER Y EL DESARROLLO DE LAS FUERZAS PRODUCTIVAS EN LOS MARCOS DEL SOCIALISMO COMUNISMO HUMANISTA.
Por ello, concretamente, cuando pensamos en nuestras consignas, en nuestras reivindicaciones como clase, formuladas en enunciados, lo primero que debemos hacer es (aparte de conocer profunda y concretamente la REALIDAD) expresar la verdad de los hechos materiales, de vida, concretos, que, en el orden de prioridad lógico material, afectan, deterioran y atraviesan a la gran mayoría de la clase obrera.
Pareciera una obviedad, pero, cuando vemos no solo el grado de confusión, sino también y peor aún, el sin sentido y el delirio con el cual, quienes se auto perciben revolucionarios y/o "la izquierda", se enfrentan a estos dilemas, comenzamos a comprender una de las tantas razones por las cuales, los enunciados y el consignismo superfluo que se sigue repitiendo y reformulando hasta el cansancio, no llega y no es creíbles en los pocos y reducidos sectores de la clase obrera donde esta hoy tiene la oportunidad de "intervenir".
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